La narración oral escénica y su impacto en la animación a la lectura

La narración oral escénica y su impacto en la animación a la lectura

En un mundo saturado de estímulos visuales y digitales, la narración oral escénica emerge como un arte milenario que vuelve a cobrar fuerza en las escuelas, bibliotecas y comunidades. No se trata solo de contar cuentos, sino de devolver la palabra a su dimensión más viva, emocional y compartida. Esta forma de narración, cuando se aplica con intención pedagógica, se convierte en una herramienta poderosa para animar a la lectura desde una experiencia estética y afectiva.

¿Qué es la narración oral escénica?

La narración oral escénica es una práctica artística que combina la tradición del cuentacuentos con elementos teatrales como la voz, el gesto, la entonación y el ritmo. El narrador no actúa como un actor convencional, sino que construye una relación directa con el público, recreando mundos y personajes con la palabra viva. Esta modalidad tiene una fuerte carga expresiva y busca generar una experiencia sensorial y participativa.

Un puente entre lo oral y lo escrito

Lejos de oponerse a la lectura, la narración oral escénica se presenta como un puente ideal hacia los libros. Cuando los niños y niñas escuchan un cuento narrado con pasión, su curiosidad se activa: quieren saber más, revivir la historia, buscar el libro, tocarlo, hojearlo. Así, lo oral despierta el deseo por lo escrito. La narración oral no reemplaza la lectura, la anticipa, la provoca.

Impacto emocional y cognitivo

El impacto de la narración escénica es múltiple. A nivel emocional, permite conectar con sentimientos profundos, identificarse con los personajes y experimentar empatía. A nivel cognitivo, estimula la atención, la memoria, la comprensión narrativa y el pensamiento simbólico. Los niños desarrollan la capacidad de imaginar, anticipar, reconstruir y relatar, habilidades fundamentales para convertirse en lectores competentes.

La figura del narrador como mediador cultural

El narrador oral escénico no solo entretiene: media entre la tradición, la palabra y el niño. Su figura es clave en contextos donde el acceso a los libros es limitado o donde no hay adultos lectores en casa. En esos escenarios, la narración oral se convierte en una puerta de entrada al universo literario, haciendo que las historias circulen, cobren vida y se conviertan en parte del imaginario colectivo.

Escuela, comunidad y narración

Incorporar la narración oral escénica en el aula no requiere escenografías costosas ni recursos tecnológicos, sino formación docente y voluntad expresiva. Un maestro que narra un cuento con el cuerpo, la voz y el alma transforma el acto educativo en una experiencia memorable. Del mismo modo, los festivales, bibliotecas y espacios culturales que promueven funciones de narración oral acercan la literatura a públicos diversos, favoreciendo la inclusión y el acceso a la cultura.

Conclusión

La narración oral escénica no es solo una estrategia de animación a la lectura: es un acto artístico, un gesto educativo y una práctica cultural que devuelve el valor de la palabra compartida. En tiempos donde leer parece una tarea solitaria, contar historias con el cuerpo y el alma se convierte en una forma poderosa de invitar a leer, a imaginar y a sentir. En cada cuento narrado en voz alta se abre una puerta hacia los libros… y hacia el corazón de los oyentes.